Print preview Close

Showing 47 results

Archival description
Moya Blanco, Luis Arquitectura religiosa
Print preview View:

9 results with digital objects Show results with digital objects

Capilla de Gredos

La Capilla objeto de este proyecto está situada en un edificio propiedad de la Compañía de María en La Parra, pueblo próximo a Arenas de San Pedro, en plena Sierra de Gredos, en un lugar con un extraordinario paisaje y un excelente clima aún en invierno.
La construcción, cuya fachada principal se abre al sur, era en su origen un sanatorio que los Marianistas dedicaron a casa noviciado. Completaban las instalaciones un campo de deporte y una amplia zona verde.
En 1961 Luis Moya comienza a trabajar en esta edificación para sanear unas humedades y, en marzo de ese mismo año, Ángel Chomón, administrador provincial de la orden, le encarga el anteproyecto de la capilla.
Moya concibe el templo como una pieza singular de planta central que coloca en la parte media de la fachada norte. La cubre con una bóveda tabicada de tres tableros, revestida interiormente por vermiculita y al exterior por aluminio sobre fieltro, que apoya en un cerramiento quebrado de fábrica de ladrillo. Según el propio arquitecto, los muros quebrados tenían por objeto aligerar la construcción, ya que el aumento del momento de inercia permite reducir el grueso que exigiría un muro cilíndrico, sin contrafuertes. El interior se ilumina gracias a unos huecos de pavés que se abren en el perímetro y a tres pequeños lucernarios sobre el altar.
La capilla de Gredos es el antecedente de la iglesia parroquial de Santa María Madre de la Iglesia (unidad documental LMOYAB_042) que Luis Moya construiría posteriormente en la finca de Carabanchel de los Marianistas. Tal como expresaba él mismo, la iglesia madrileña "... se funda en la experiencia adquirida en una capilla de idéntica forma construida en Gredos para el Noviciado de esta misma Compañía de María. La capilla de Gredos tiene una bóveda de 16,80 m de diámetro y ésta es algo mayor, 23,10 m" (LMOYAB_D016_C003-06_008).

Untitled

Iglesia parroquial de Torrelavega [o de la Virgen Grande]. Reconstrucción de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Consolación

Este templo se construye para sustituir a la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación destruida durante la guerra civil y se levanta parte en el solar de la antigua parroquia y parte en el de la Torre de los Garcilasos.
Moya enfoca el proyecto del siguiente modo: "El crecimiento extraordinario de Torrelavega en estos años obliga a componer una iglesia de la máxima capacidad posible dentro de los medios de que se dispone. Por tanto, se trata de conseguir una nave sin columnas de gran capacidad que pueda cubrirse a poco coste y con la dignidad que requiere este edificio. La experiencia aconseja una estructura semejante a las ya realizadas por el que suscribe en la Iglesia Parroquial de San Agustín en Madrid, en el Instituto Laboral de San José en Zamora, y en la Capilla de la Universidad Laboral de Gijón. En consecuencia, se ha trazado una elipse de 31,20 m x 22,80 m, cuya superficie es de 560 m2, intermedia entre las citadas (360 m2 la de Madrid y 800 m2 la de Gijón)" (LMOYAB_D014_C003-04_017).
El programa que desarrolla es el de nave de iglesia a la que se agregan una capilla mayor, otra para la Virgen Grande (patrona de Torrelavega), una nave lateral para confesionarios, un nártex sobre el que se dispone el coro y una sacristía; en la planta bajo rasante se ubica otra capilla y diversas dependencias parroquiales.
La iglesia se cubre con bóveda tabicada de rasilla cuyo trasdós, revestido de aislamiento y aluminio, queda visto al exterior. Su estructura principal está formada por veinte arcos de ladrillo macizo y un zuncho de hormigón armado que recoge los empujes generados.
El templo se adosa a la edificación contigua en uno de sus lados largos y cede su potente volumen en el otro, como imagen urbana, a la plaza de Baldomero Iglesias. El acceso principal se coloca en el eje mayor, dando fondo perspectivo a una estrecha calle, la calle Ave María, en el que se proyecta una fachada estandarte al modo de la de la iglesia de San Agustín, pero actualizada.
La iglesia de la Virgen Grande y San José Obrero de Torrelavega es la última obra religiosa con planta elíptica que realiza Moya que, por otra parte, utiliza en ella el resto de parámetros formales y constructivos habituales pero prescindiendo del lenguaje clásico.

Untitled

Colegio Santa María del Pilar [Documentación general]

La Compañía de María construye un centro de enseñanza en terrenos del Barrio del Niño Jesús de Madrid a mediados de la década de los cincuenta, que encarga a los arquitectos José Antonio Domínguez Salazar y Luis Moya Blanco. Este barrio, promovido por la Inmobiliaria URBIS S.A. a partir de 1947, se proyectó en el área que se extendía más allá del ensanche madrileño, limitada al norte por la calle de Sainz de Baranda, al oeste por la avenida de Menéndez Pelayo, al este por la ronda del Doctor Esquerdo y al sur por la colonia del Retiro. Era una zona de antiguos vertederos y con grandes taludes, ocupada únicamente por el Hospital del Niño Jesús y la Estación de Arganda, que se pretendía dedicar a viviendas para la clase media y en la que el centro educativo ocuparía dos parcelas dotacionales (plano LMOYAB_P067a_CR023-02_002).
La actual configuración no es el primer esquema que se manejó. En el inicio, el colegio se ubicaba en la parcela sur adyacente al segundo edificio de URBIS, con acceso desde la actual avenida de Nazaret, y la zona deportiva se desarrollaba en la que se extendía desde dicho vial hasta el borde norte del área, tal como indicaba el plan de urbanización del barrio. Finalmente esta última parcela (con una superficie de 60.910 m2) incluiría, además de la zona deportiva mencionada, el centro escolar.
La disposición de la construcción también sufrió variaciones. En un primer momento se organizó como un bloque único, pero la primera idea fue evolucionando hacia la fragmentación y la introducción en la composición de espacios libres entre los edificios que desembocaría en la ordenación definitiva. Así, el colegio se estructura a partir de una vía interior con acceso desde la calle del Portal de Belén, que divide el área en dos, la zona oeste dedicada a recreo y deporte y la este a la enseñanza, y se remata al norte con la capilla.
El sector de clases está constituido por pabellones distribuidos en una zona ajardinada. Se accede lateralmente por varios puntos desde la calle privada a las galerías abiertas que unen entre si estos pabellones, situados en dos plataformas a distinto nivel para mejor soleamiento y aprovechamiento del terreno. Una red de canalizaciones subterráneas visitable une también todos estos edificios y por ella discurren las conducciones de fontanería, saneamiento, calefacción, electricidad, etc.
Los autores explican así el programa en una memoria de mayo de 1959: "Partiendo como orientación óptima, la doble Norte y Sur, las clases se distribuyen en pabellones con dicha orientación, de dos plantas y cuatro clases cada una de ellas, excepto dos pabellones para clases especiales que son de tres plantas. Estos pabellones enlazados por medio de galerías cubiertas, forman la trama de la composición del conjunto, disponiéndose en emplazamientos adecuados los pabellones de dirección, gimnasios, música y medicina y psicotecnia y finalmente al fondo del acceso principal del colegio el conjunto formado por la Capilla, auditórium y residencia de comunidad con Dirección General y recepción y comedores de alumnos” (LMOYAB_D023_C004-04_027).

Untitled

Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción

Los arquitectos Pedro Muguruza, Luis Moya y Enrique Huidobro realizaron la reconstrucción de la iglesia parroquial de Manzanares, Ciudad Real, entre los años 1940 y 1945. El templo, de finales del XIV-principios del XV, había sufrido un incendio durante la guerra civil que había afectado, sobre todo, a las cubriciones y la torre; los muros y los contrafuertes se encontraban, sin embargo, en estado apto para seguir cumpliendo su misión de sustentación.
La reconstrucción fue respetuosa con el estado original de las fachadas, en las que se realizaron apenas una ordenación y una sistematización de los elementos decorativos. La alteración más importante consistió en la elevación de la altura de la nave para darle una proporción más adecuada en relación con su anchura, a juicio de los arquitectos.
En lo que se refiere a las bóvedas, la memoria del proyecto señala que se había planteado "... la construcción de una cúpula sobre pechinas, de tambor bajo y con linterna, que se coloca en el crucero precediendo inmediatamente al tramo del altar mayor. El resto de la nave de la iglesia se ha tratado con una bóveda por arista en el tramo contiguo a la cúpula, y con tres tramos de cañón seguido con lunetas, siendo análogos los tramos que forman los brazos del crucero. El estilo de esta composición es el clásico español con elementos herrerianos y barrocos" (LMOYAB_D020_C004-02_001).
En una fase posterior se acometió la reconstrucción de la parte superior de la torre y de su escalera; para realizar esta labor con fidelidad a su aspecto primitivo, el grupo de arquitectos se apoyó en fotografías antiguas y en una maqueta que se había realizado antes de la guerra. Finalmente, la iglesia se inauguró el 6 de septiembre de 1945.
El fondo Luis Moya Blanco conserva una carta que Enrique Huidobro escribió a Moya narrándole los actos que se celebraron el día de la inauguración. Uno de ello fue una misa que pronunció el obispo de Ciudad Real; como anécdota transcribimos: "Desde el púlpito improvisado [...] el Sr. obispo dirigió la palabra a los fieles, ponderando lo bonita que estaba la Iglesia y prohibiendo a los devotos y devotas regalar imágenes ni retablos sin permiso de los arquitectos" (LMOYAB_D020_C004-02_019).

Untitled

Results 21 to 30 of 47