El genio de Andrés de Vandelvira podría quedar representado por dos sacristías: la de El Salvador de Úbeda (de 1540) y ésta de la catedral de Jaén. En la primera, el espacio arquitectónico comparte importancia con el exorno escultórico, debido al gran Esteban Jamete; en la segunda, sin embargo, la arquitectura se acompaña a sí misma, en una mezcla inédita de rigor y liberalidad. En la sacristía de Jaén, englobada en el bloque de dependencias que se adosa al costado de la epístola del templo, culmina la trayectoria de Vandelvira y, en cierto modo, encuentra también su cénit la extraordinaria arquitectura andaluza del Renacimiento.
“En 1948, gracias a las gestiones de Modesto López Otero, se habían recibido veintitrés vaciados donados por la Dirección General de Bellas Artes con destino al Museo Nacional de Arquitectura.
La siguiente referencia al Museo data del 24 de febrero de 1954 cuando, en el acto de entrega de los títulos de arquitectos y aparejadores, López Otero anunció la instalación de la maqueta de la sacristía de la Catedral de Jaén entre otras piezas.”
NEGRETE PLANO, Almudena; ALONSO RODRÍGUEZ, María del Carmen. Historia de la colección de vaciados y maquetas de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, 2013.