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Descripción archivística
Moya Blanco, Luis Construcciones de nueva planta
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Universidad Laboral de Gijón. Teatro

“...Conviene repetir aquí que se ha planeado el Salón de modo que los 1.000 alumnos y sus profesores ocupen el patio de butacas, en tanto que las personas invitadas o antiguos alumnos tienen para su uso los palcos y el anfiteatro, por lo cual no ha podido hacerse éste, como usualmente se hace, para ser un lugar de menos categoría que el resto y con peores condiciones. Al contrario, aquí se ha trazado de modo que tenga todas las comodidades y, por tanto, no se ha aprovechado demasiado su superficie, ni se ha extendido ésta desmesuradamente pues se hubiera salido del límite fijado para las distancias de buena visión y audición.
Los vestíbulos, escaleras y salones que acompañan a esta sala son muy grandes en el proyecto, y esto se ha hecho así porque ha de ser el lugar de recepción para todo este gran conjunto, de manera que el balcón sobre el pórtico de entrada será el lugar para la presidencia de los actos que se celebran en la Plaza central. Los salones que recaen a este balcón y los contiguos constituirán el lugar apropiado para recepciones, por lo que se ha pensado su decoración a base de obras de arte moderno, contando para ello con que colaborarán en esta obra, como en la Iglesia, los mejores pintores y escultores.
El escenario es mayor que en casi todos los Teatros de Madrid, de modo que permitirá un buen movimiento de decorados en caso necesario. [...]
La sala tiene la particularidad de poseer luz natural, pues nos pareció poco razonable cerrar por completo a la luz exterior una sala que ha de emplearse pocas veces de noche. Cuando en ella se quiera proyectar cine durante el día bastará correr las cortinas de cierre hermético que se colocarán en todos los huecos, cuyo modelo es ahora muy conocido por haberse empleado en todas partes en la guerra anterior."
Fondo Luis Moya Blanco, LMOYAB_D021_C005-01_030

Moya Blanco, Luis

Universidad Laboral de Gijón. Talleres

"...En la composición de los talleres hay condiciones ajenas a ellos que han obligado a modificar algo la forma acostumbrada. Estas condiciones son las siguientes:
a) Relación de los Talleres con el resto de los edificios de esta Fundación, o sea con la composición del conjunto en la cual se han tenido en cuenta el desarrollo de la vida de los alumnos a lo largo de cada día, de acuerdo con las normas Salesianas, los vientos dominantes, para que se alejen ruidos, olores y humos del núcleo de edificios residenciales, el acceso a los mismos desde los edificios principales y desde los campos de deportes, la entrada de camiones que han de suministrar los materiales, y las posibles ampliaciones de cada parte del edificio.
b) La forma del terreno, que es una ladera que desciende hacia el Norte, y que aconseja el empleo de dos niveles de acceso de camiones, lo que facilita mucho, a poco coste, la circulación de primeras materias y del personal. También es preciso tener en cuenta la composición geológica, pues el terreno se compone de una pequeña capa de tierra vegetal, de espesor variable, sobre roca caliza muy desigual, que en unos sitios está medio descompuesta, pero en otros es durísima, y que además presenta fallas y bolsas de arcilla. Es conveniente, por esta razón, modificar lo menos posible la forma natural del terreno, hacer los edificios de poca altura, en general, y disponer las estructuras de modo que se eviten en lo posible las cargas concentradas, haciendo el reparto de las mismas sobre cimentaciones extensas que las repartan sobre este subsuelo de desigual resistencia.”
Fondo Luis Moya Blanco, LMOYAB_D021_C005-03_090

Moya Blanco, Luis

Iglesia del Sagrado Corazón

El proyecto de la iglesia del Sagrado Corazón es un encargo que realiza el párroco de la iglesia de la Virgen Grande de Torrelavega, Teodosio Herrera, a Luis Moya al que conocía desde la construcción de esa parroquia. El templo se localizaría en Mies de Vega, al oeste de la población, en una zona cuyo desarrollo urbanístico se preveía inmediato.
Moya traslada al nuevo trabajo los presupuestos básicos de la capilla del Colegio de Santa María del Pilar que había construido en Madrid en la década de los sesenta. Como ella, consta de dos plantas, la inferior dedicada a cripta, salón de actos, sala de reunión y dependencias auxiliares; la superior destinada a iglesia precedida por un vestíbulo. Además, a los pies del templo dispone un coro elevado al que se llega por medio de escaleras que suben desde el acceso. El arquitecto utiliza también un paraboloide hiperbólico para cubrir la edificación lo que le confiere un marcado carácter tanto en lo formal como en lo constructivo.
Luis Moya mantiene en este ejemplo las constantes de su arquitectura religiosa: la simultaneidad de nave central y nave itinerario, la fuerza del volumen como elemento unitario, la expresividad de las superficies que lo limitan y la superposición de un elemento de fachada.
Este proyecto nunca llegó a construirse. Mucho mas tarde, en los años noventa, el arquitecto cántabro Luis Castillo Arenal fue el encargado de redactar otro y de llevarlo a cabo. Las obras, sin embargo, no se terminaron debido a que el sector no se desarrolló tal como se había imaginado. Actualmente la iglesia sigue inacabada y se levanta aislada entre parcelas vacías.

Moya Blanco, Luis

Capilla del Colegio Santa Maria del Pilar

La actual iglesia parroquial se construyó como capilla del Colegio Santa Maria del Pilar entre 1960 y 1966. Se ubica en la plaza que remata la calle de ingreso a él, desarrollada entre instalaciones deportivas al oeste y pabellones de clase al este.
Consta de dos plantas. La inferior es un semisótano dedicado a salón de conferencias, varias salas de reunión y cuartos de instalaciones. La capilla se encuentra en la planta superior precedida por un vestíbulo que da también acceso a la sacristía; de esta forma, el sacerdote debe recorrer el eje del templo para llegar al presbiterio, elevado 90 cm sobre la nave. Por la fecha de su construcción, en pleno Concilio Vaticano II (1962-65), y tal como describe una memoria perteneciente allegado Luis Moya Blanco "el altar central está colocado en medio de su plataforma, de modo que la misa puede celebrarse cara al pueblo o en la forma tradicional." (LMOYAB_D023_C006-02_094). El gran crucifijo es obra del escultor Vicente Rodilla y la vidriera de Santiago Padrós.
A cada lado de la nave se sitúan tres confesionarios, solución que no es adecuada para una iglesia parroquial, pero si para la capilla de un colegio. A los pies del templo se dispone un coro apto para 200 cantores al que se accede por medio de escaleras que arrancan adosadas al muro y continúan voladas; este recinto se prolonga al exterior en una tribuna para la celebración de misas al aire libre. Junto a la iglesia, se coloca un mástil de hormigón armado con las campanas a media altura, que se remata con una gran cruz.
La forma elegida para la cubrición de la iglesia es un paraboloide hiperbólico de planta octogonal con luces ligeramente superiores a los 60 metros y un espesor de 14 cm. Moya renueva el lenguaje de sus estructuras abovedadas pero mantiene constantes de su producción religiosa como la simultaneidad de nave central y nave itinerario, la fuerza del volumen como elemento unitario, la expresividad de las superficies que lo limitan y la superposición de un elemento de fachada. Además, la bóveda, como en otras obras anteriores de este arquitecto, se realiza con ladrillo y no con hormigón armado, lo que la convierte en un caso singular entre las construcciones del siglo XX que adoptaron estas geometrías.

Moya Blanco, Luis

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