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Descripción archivística
Unidad documental compuesta Construcciones de nueva planta
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Universidad Laboral de Gijón. Capilla

La construcción de la capilla de la Universidad Laboral de Gijón aprovecha la experiencia de la parroquia de San Agustín (unidad documental LMOYAB015b), realizada unos años antes. Moya utiliza la iglesia madrileña como modelo aunque dota a la asturiana de dimensiones mayores (ejes de la elipse de 40,80 y 25,20 m, frente a los 24,00 y 19,20 previos) para acoger al número de fieles que establecía el programa; así, entre la nave y la galería alta que la rodea, había bancos para, aproximadamente, 2.100 personas. Se altera también la relación entre los ejes de la elipse a favor del mayor, lo que no impide seguir percibiendo el espacio como único a pesar de introducir mayor tensión en el combinado de planta central y longitudinal; esto exige una mayor pericia en la resolución de los problemas estructurales y constructivos, ya que los veinte arcos de la bóveda que cubre el templo, cuentan con distinta luz y distinta deformación y muchos de sus arranques resultan muy oblicuos respecto al zuncho perimetral.
Moya explica que "lo hecho es una copia de aquellas basílicas, conservando todos sus elementos: Altar bajo baldaquino, Presbiterio, Arco triunfal, Ambones, Coro de Cantores, Nave amplia y Galerías superiores. La modificación hecha en esta disposición basilical primitiva consiste en que los muros de la Nave y sus Galerías se han curvado de modo que la forma rectangular de aquellas naves antiguas se ha transformado en una elipse", además, justifica que "la forma de la nave se deriva de la construcción y también de la necesidad de acercar su centro de gravedad hacia el altar, pues se consigue con esta forma mejor que con una nave rectangular, a no ser que ésta sea muy ancha, en cuyo caso quedan lugares de muy mala visualidad en los costados. Con esta forma, y con el manejo de superficies absorbentes y reflectoras de sonido en muros y bóvedas, se conseguirá una buena disposición, tanto para oír como para ver”, En lo que respecta a aspectos estructurales continúa "los empujes no pueden absorberse en una gran nave rectangular más que con contrafuertes de fábrica, que son costosísimos, o con tirantes visibles [...]. La única solución que aceptamos para absorber empujes con tirantes, que es lo económico, consiste en las formas circulares o elípticas, donde el tirante se convierte en un zuncho alojado en la misma curva que sirve de arranque de la bóveda, y por tanto, invisible". Es curiosa la referencia al plazo de ejecución “La construcción de la bóveda se hizo en dos meses, en el verano de 1954, con 12 oficiales de albañil como término medio, pues las vacaciones de verano hacían variar este número continuamente (Fondo Luis Moya Blanco)
Por lo que se refiere a su relación con el resto del conjunto de la Universidad Laboral, la capilla está situada en.un lugar destacado, al fondo de la plaza, entre el teatro, a la derecha, y la torre, a la izquierda
Su condición de "sagrario" en el interior de esta suerte de ciudadela, ahorra la fachada que era indispensable en San Agustín. La configuración de este patio recuerda a la del espacio clásico ideal de una pintura del renacimiento, en el que su cilindro elíptico, que se hace claramente evidente al entrar tangencialmente en la plaza, adquiere una gran importancia plástica animado por un vigoroso ritmo de hornacinas.

Moya Blanco, Luis

Universidad Laboral de Gijón. Teatro

“...Conviene repetir aquí que se ha planeado el Salón de modo que los 1.000 alumnos y sus profesores ocupen el patio de butacas, en tanto que las personas invitadas o antiguos alumnos tienen para su uso los palcos y el anfiteatro, por lo cual no ha podido hacerse éste, como usualmente se hace, para ser un lugar de menos categoría que el resto y con peores condiciones. Al contrario, aquí se ha trazado de modo que tenga todas las comodidades y, por tanto, no se ha aprovechado demasiado su superficie, ni se ha extendido ésta desmesuradamente pues se hubiera salido del límite fijado para las distancias de buena visión y audición.
Los vestíbulos, escaleras y salones que acompañan a esta sala son muy grandes en el proyecto, y esto se ha hecho así porque ha de ser el lugar de recepción para todo este gran conjunto, de manera que el balcón sobre el pórtico de entrada será el lugar para la presidencia de los actos que se celebran en la Plaza central. Los salones que recaen a este balcón y los contiguos constituirán el lugar apropiado para recepciones, por lo que se ha pensado su decoración a base de obras de arte moderno, contando para ello con que colaborarán en esta obra, como en la Iglesia, los mejores pintores y escultores.
El escenario es mayor que en casi todos los Teatros de Madrid, de modo que permitirá un buen movimiento de decorados en caso necesario. [...]
La sala tiene la particularidad de poseer luz natural, pues nos pareció poco razonable cerrar por completo a la luz exterior una sala que ha de emplearse pocas veces de noche. Cuando en ella se quiera proyectar cine durante el día bastará correr las cortinas de cierre hermético que se colocarán en todos los huecos, cuyo modelo es ahora muy conocido por haberse empleado en todas partes en la guerra anterior."
Fondo Luis Moya Blanco, LMOYAB_D021_C005-01_030

Moya Blanco, Luis

Universidad Laboral de Gijón. Talleres

"...En la composición de los talleres hay condiciones ajenas a ellos que han obligado a modificar algo la forma acostumbrada. Estas condiciones son las siguientes:
a) Relación de los Talleres con el resto de los edificios de esta Fundación, o sea con la composición del conjunto en la cual se han tenido en cuenta el desarrollo de la vida de los alumnos a lo largo de cada día, de acuerdo con las normas Salesianas, los vientos dominantes, para que se alejen ruidos, olores y humos del núcleo de edificios residenciales, el acceso a los mismos desde los edificios principales y desde los campos de deportes, la entrada de camiones que han de suministrar los materiales, y las posibles ampliaciones de cada parte del edificio.
b) La forma del terreno, que es una ladera que desciende hacia el Norte, y que aconseja el empleo de dos niveles de acceso de camiones, lo que facilita mucho, a poco coste, la circulación de primeras materias y del personal. También es preciso tener en cuenta la composición geológica, pues el terreno se compone de una pequeña capa de tierra vegetal, de espesor variable, sobre roca caliza muy desigual, que en unos sitios está medio descompuesta, pero en otros es durísima, y que además presenta fallas y bolsas de arcilla. Es conveniente, por esta razón, modificar lo menos posible la forma natural del terreno, hacer los edificios de poca altura, en general, y disponer las estructuras de modo que se eviten en lo posible las cargas concentradas, haciendo el reparto de las mismas sobre cimentaciones extensas que las repartan sobre este subsuelo de desigual resistencia.”
Fondo Luis Moya Blanco, LMOYAB_D021_C005-03_090

Moya Blanco, Luis

Iglesia del Sagrado Corazón

El proyecto de la iglesia del Sagrado Corazón es un encargo que realiza el párroco de la iglesia de la Virgen Grande de Torrelavega, Teodosio Herrera, a Luis Moya al que conocía desde la construcción de esa parroquia. El templo se localizaría en Mies de Vega, al oeste de la población, en una zona cuyo desarrollo urbanístico se preveía inmediato.
Moya traslada al nuevo trabajo los presupuestos básicos de la capilla del Colegio de Santa María del Pilar que había construido en Madrid en la década de los sesenta. Como ella, consta de dos plantas, la inferior dedicada a cripta, salón de actos, sala de reunión y dependencias auxiliares; la superior destinada a iglesia precedida por un vestíbulo. Además, a los pies del templo dispone un coro elevado al que se llega por medio de escaleras que suben desde el acceso. El arquitecto utiliza también un paraboloide hiperbólico para cubrir la edificación lo que le confiere un marcado carácter tanto en lo formal como en lo constructivo.
Luis Moya mantiene en este ejemplo las constantes de su arquitectura religiosa: la simultaneidad de nave central y nave itinerario, la fuerza del volumen como elemento unitario, la expresividad de las superficies que lo limitan y la superposición de un elemento de fachada.
Este proyecto nunca llegó a construirse. Mucho mas tarde, en los años noventa, el arquitecto cántabro Luis Castillo Arenal fue el encargado de redactar otro y de llevarlo a cabo. Las obras, sin embargo, no se terminaron debido a que el sector no se desarrolló tal como se había imaginado. Actualmente la iglesia sigue inacabada y se levanta aislada entre parcelas vacías.

Moya Blanco, Luis

Capilla del Colegio Santa Maria del Pilar

La actual iglesia parroquial se construyó como capilla del Colegio Santa Maria del Pilar entre 1960 y 1966. Se ubica en la plaza que remata la calle de ingreso a él, desarrollada entre instalaciones deportivas al oeste y pabellones de clase al este.
Consta de dos plantas. La inferior es un semisótano dedicado a salón de conferencias, varias salas de reunión y cuartos de instalaciones. La capilla se encuentra en la planta superior precedida por un vestíbulo que da también acceso a la sacristía; de esta forma, el sacerdote debe recorrer el eje del templo para llegar al presbiterio, elevado 90 cm sobre la nave. Por la fecha de su construcción, en pleno Concilio Vaticano II (1962-65), y tal como describe una memoria perteneciente allegado Luis Moya Blanco "el altar central está colocado en medio de su plataforma, de modo que la misa puede celebrarse cara al pueblo o en la forma tradicional." (LMOYAB_D023_C006-02_094). El gran crucifijo es obra del escultor Vicente Rodilla y la vidriera de Santiago Padrós.
A cada lado de la nave se sitúan tres confesionarios, solución que no es adecuada para una iglesia parroquial, pero si para la capilla de un colegio. A los pies del templo se dispone un coro apto para 200 cantores al que se accede por medio de escaleras que arrancan adosadas al muro y continúan voladas; este recinto se prolonga al exterior en una tribuna para la celebración de misas al aire libre. Junto a la iglesia, se coloca un mástil de hormigón armado con las campanas a media altura, que se remata con una gran cruz.
La forma elegida para la cubrición de la iglesia es un paraboloide hiperbólico de planta octogonal con luces ligeramente superiores a los 60 metros y un espesor de 14 cm. Moya renueva el lenguaje de sus estructuras abovedadas pero mantiene constantes de su producción religiosa como la simultaneidad de nave central y nave itinerario, la fuerza del volumen como elemento unitario, la expresividad de las superficies que lo limitan y la superposición de un elemento de fachada. Además, la bóveda, como en otras obras anteriores de este arquitecto, se realiza con ladrillo y no con hormigón armado, lo que la convierte en un caso singular entre las construcciones del siglo XX que adoptaron estas geometrías.

Moya Blanco, Luis

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