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Descripción archivística
Miró Valverde, Antonio Edificios de oficinas
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Edificio para la nueva sede del Banco de Bilbao en Madrid. Concurso restringido

La Comisión Permanente del Banco de Bilbao decide construir en Madrid, al inicio de la década de los setenta, una nueva sede social en la avenida del Generalísimo (actual Paseo de la Castellana) al margen de la antigua situada en el distrito de Centro.
Para ello, convoca un concurso restringido entre importantes arquitectos españoles del momento: Antonio Bonet, José Antonio Coderch, José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún, Antonio Fernández Alba, Rafael de la Hoz y Gerardo Olivares, Antonio y Manuel Miró y Francisco Sáenz de Oíza.
El jurado estaba formado por personas ligadas a la entidad que estudiarían los informes de dos asesores externos, la firma norteamericana Skidmore, Owen and Merrill y el arquitecto italiano Gio Ponti, y elevarían su dictamen al Consejo de Administración que decidiría cuál sería el anteproyecto ganador.
El edificio, que ocuparía la manzana A del Centro Comercial AZCA, contaba con condicionantes técnicos importantes como levantarse sobre una bóveda de la red de metro así como la necesidad de adaptarse a los niveles de los cuerpos bajos de los edificios colindantes y a la red viaria de la zona. A todo esto, se añadía su importancia como edificio singular situado en una de las esquinas más importantes del nuevo crecimiento de la ciudad de Madrid.
La opción de los hermanos Miró consistía en una planta flexible, definida por los elementos de estructura y servicio y modulada con una trama de 90x90 cm derivada de las dimensiones el tamaño de las mesas de trabajo. La fachada, portante, se resolvía con elementos triangulados prefabricados de una planta de altura.
Finalmente, el jurado se decantó por el diseño del arquitecto Sáenz de Oíza.

Miró Valverde, Antonio

Terminación del Instituto Nacional de Restauración y Conservación del Patrimonio Artístico Nacional

"... Es curioso ver como la mayor parte de los centros de restauración existentes están instalados en antiguos palacios. Los viejos caserones han respondido, una vez más, a las exigencias de los tiempos ciñéndose a un nuevo programa con una conformidad que para sí quisieran muchas de las obras que hoy tenemos por modelo.
Por ello, a la hora de trazar un Centro de Restauraciones de nueva planta, esta conformidad a programas muy distintos, tan variables como las técnicas, ha sido la lección que hemos procurado tener presente.
A la vista de este programa con funciones tan claramente diferenciadas, podía haberse respondido con un edificio exactamente matizado pero sin flexibilidad posterior ninguna, respuesta a nuestro entender equivocada.
[...] Quizá un trazado lineal hubiese resuelto el problema, pero a nuestro entender faltaría al conjunto la coherencia y la intimidad que el trazado radial proporciona.
El desarrollo lineal, válido en tantas ocasiones no parece aquí tan indicado como el radial, capaz de definir un espacio interno más atrayente.
Los recorridos a pie para enlace en el desarrollo radial son mínimos reservándose el perímetro para el transporte rodado de las obras a los distintos pabellones; los servicios no plantean problema alguno y se centralizan con facilidad.
Por otra parte, el sistema constructivo a que se llega con el trazado radial es claro y no presenta dificultades.
Se ha mantenido en el presente proyecto el esquema circular primitivo, aunque se ha disminuido su tamaño y se ha formalizado el sistema constructivo uniformando espacios mediante una modulación más regular que conduce a un abaratamiento de la construcción al repetirse los elementos estructurales, huecos, cerramientos, etc. El edificio se inscribe en un círculo de 40 m de radio dividiéndose radia/mente en 30 gajos principales, que en el perímetro exterior, se parten en dos, apareciendo 60 módulos en fachada.
El programa se distribuye en cuatro plantas que se manifiestan en fachada exterior, acusándose sólo dos en el claustro central interior.
El aspecto total del edificio lo impone el sistema constructivo del hormigón armado que tanto en estructura, como en cerramientos exteriores quedará visto, sin añadidos ni chapados posteriores. El ahorro que esto supone se invertirá en la mejor calidad y acabado de la estructura resistente que así será la única que preste carácter al conjunto. Por esta razón se ha estudiado con detalle al tamaño y forma de vigas principales y de arriostramiento, etc, pilares, escaleras, modulando con arreglo al tamaño de la tabla de encofrado."
Revista TA, Temas de Arquitectura y Urbanismo, num 140, febrero 1971, p 76

Miró Valverde, Antonio

Reformado del Adicional de Restauración del Edificio Circular de la Ciudad Universitaria de Madrid

"... Es curioso ver como la mayor parte de los centros de restauración existentes están instalados en antiguos palacios. Los viejos caserones han respondido, una vez más, a las exigencias de los tiempos ciñéndose a un nuevo programa con una conformidad que para sí quisieran muchas de las obras que hoy tenemos por modelo.
Por ello, a la hora de trazar un Centro de Restauraciones de nueva planta, esta conformidad a programas muy distintos, tan variables como las técnicas, ha sido la lección que hemos procurado tener presente.
A la vista de este programa con funciones tan claramente diferenciadas, podía haberse respondido con un edificio exactamente matizado pero sin flexibilidad posterior ninguna, respuesta a nuestro entender equivocada.
[...] Quizá un trazado lineal hubiese resuelto el problema, pero a nuestro entender faltaría al conjunto la coherencia y la intimidad que el trazado radial proporciona.
El desarrollo lineal, válido en tantas ocasiones no parece aquí tan indicado como el radial, capaz de definir un espacio interno más atrayente.
Los recorridos a pie para enlace en el desarrollo radial son mínimos reservándose el perímetro para el transporte rodado de las obras a los distintos pabellones; los servicios no plantean problema alguno y se centralizan con facilidad.
Por otra parte, el sistema constructivo a que se llega con el trazado radial es claro y no presenta dificultades.
Se ha mantenido en el presente proyecto el esquema circular primitivo, aunque se ha disminuido su tamaño y se ha formalizado el sistema constructivo uniformando espacios mediante una modulación más regular que conduce a un abaratamiento de la construcción al repetirse los elementos estructurales, huecos, cerramientos, etc. El edificio se inscribe en un círculo de 40 m de radio dividiéndose radia/mente en 30 gajos principales, que en el perímetro exterior, se parten en dos, apareciendo 60 módulos en fachada.
El programa se distribuye en cuatro plantas que se manifiestan en fachada exterior, acusándose sólo dos en el claustro central interior.
El aspecto total del edificio lo impone el sistema constructivo del hormigón armado que tanto en estructura, como en cerramientos exteriores quedará visto, sin añadidos ni chapados posteriores. El ahorro que esto supone se invertirá en la mejor calidad y acabado de la estructura resistente que así será la única que preste carácter al conjunto. Por esta razón se ha estudiado con detalle al tamaño y forma de vigas principales y de arriostramiento, etc, pilares, escaleras, modulando con arreglo al tamaño de la tabla de encofrado."
Revista TA, Temas de Arquitectura y Urbanismo, num 140, febrero 1971, p 76

Miró Valverde, Antonio

Rehabilitación y adaptación para el ICROA de las plantas 2ª y 3ª del edificio circular de la Ciudad Universitaria de Madrid

"... Es curioso ver como la mayor parte de los centros de restauración existentes están instalados en antiguos palacios. Los viejos caserones han respondido, una vez más, a las exigencias de los tiempos ciñéndose a un nuevo programa con una conformidad que para sí quisieran muchas de las obras que hoy tenemos por modelo.
Por ello, a la hora de trazar un Centro de Restauraciones de nueva planta, esta conformidad a programas muy distintos, tan variables como las técnicas, ha sido la lección que hemos procurado tener presente.
A la vista de este programa con funciones tan claramente diferenciadas, podía haberse respondido con un edificio exactamente matizado pero sin flexibilidad posterior ninguna, respuesta a nuestro entender equivocada.
[...] Quizá un trazado lineal hubiese resuelto el problema, pero a nuestro entender faltaría al conjunto la coherencia y la intimidad que el trazado radial proporciona.
El desarrollo lineal, válido en tantas ocasiones no parece aquí tan indicado como el radial, capaz de definir un espacio interno más atrayente.
Los recorridos a pie para enlace en el desarrollo radial son mínimos reservándose el perímetro para el transporte rodado de las obras a los distintos pabellones; los servicios no plantean problema alguno y se centralizan con facilidad.
Por otra parte, el sistema constructivo a que se llega con el trazado radial es claro y no presenta dificultades.
Se ha mantenido en el presente proyecto el esquema circular primitivo, aunque se ha disminuido su tamaño y se ha formalizado el sistema constructivo uniformando espacios mediante una modulación más regular que conduce a un abaratamiento de la construcción al repetirse los elementos estructurales, huecos, cerramientos, etc. El edificio se inscribe en un círculo de 40 m de radio dividiéndose radia/mente en 30 gajos principales, que en el perímetro exterior, se parten en dos, apareciendo 60 módulos en fachada.
El programa se distribuye en cuatro plantas que se manifiestan en fachada exterior, acusándose sólo dos en el claustro central interior.
El aspecto total del edificio lo impone el sistema constructivo del hormigón armado que tanto en estructura, como en cerramientos exteriores quedará visto, sin añadidos ni chapados posteriores. El ahorro que esto supone se invertirá en la mejor calidad y acabado de la estructura resistente que así será la única que preste carácter al conjunto. Por esta razón se ha estudiado con detalle al tamaño y forma de vigas principales y de arriostramiento, etc, pilares, escaleras, modulando con arreglo al tamaño de la tabla de encofrado."
Revista TA, Temas de Arquitectura y Urbanismo, num 140, febrero 1971, p 76

Miró Valverde, Antonio

[Edificio ICROA. Salón de actos y biblioteca]

"... Es curioso ver como la mayor parte de los centros de restauración existentes están instalados en antiguos palacios. Los viejos caserones han respondido, una vez más, a las exigencias de los tiempos ciñéndose a un nuevo programa con una conformidad que para sí quisieran muchas de las obras que hoy tenemos por modelo.
Por ello, a la hora de trazar un Centro de Restauraciones de nueva planta, esta conformidad a programas muy distintos, tan variables como las técnicas, ha sido la lección que hemos procurado tener presente.
A la vista de este programa con funciones tan claramente diferenciadas, podía haberse respondido con un edificio exactamente matizado pero sin flexibilidad posterior ninguna, respuesta a nuestro entender equivocada.
[...] Quizá un trazado lineal hubiese resuelto el problema, pero a nuestro entender faltaría al conjunto la coherencia y la intimidad que el trazado radial proporciona.
El desarrollo lineal, válido en tantas ocasiones no parece aquí tan indicado como el radial, capaz de definir un espacio interno más atrayente.
Los recorridos a pie para enlace en el desarrollo radial son mínimos reservándose el perímetro para el transporte rodado de las obras a los distintos pabellones; los servicios no plantean problema alguno y se centralizan con facilidad.
Por otra parte, el sistema constructivo a que se llega con el trazado radial es claro y no presenta dificultades.
Se ha mantenido en el presente proyecto el esquema circular primitivo, aunque se ha disminuido su tamaño y se ha formalizado el sistema constructivo uniformando espacios mediante una modulación más regular que conduce a un abaratamiento de la construcción al repetirse los elementos estructurales, huecos, cerramientos, etc. El edificio se inscribe en un círculo de 40 m de radio dividiéndose radia/mente en 30 gajos principales, que en el perímetro exterior, se parten en dos, apareciendo 60 módulos en fachada.
El programa se distribuye en cuatro plantas que se manifiestan en fachada exterior, acusándose sólo dos en el claustro central interior.
El aspecto total del edificio lo impone el sistema constructivo del hormigón armado que tanto en estructura, como en cerramientos exteriores quedará visto, sin añadidos ni chapados posteriores. El ahorro que esto supone se invertirá en la mejor calidad y acabado de la estructura resistente que así será la única que preste carácter al conjunto. Por esta razón se ha estudiado con detalle al tamaño y forma de vigas principales y de arriostramiento, etc, pilares, escaleras, modulando con arreglo al tamaño de la tabla de encofrado."
Revista TA, Temas de Arquitectura y Urbanismo, num 140, febrero 1971, p 76

Miró Valverde, Antonio

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