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Descripción archivística
Unidad documental compuesta Construcciones de nueva planta
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Universidad Laboral de Gijón. Talleres

"...En la composición de los talleres hay condiciones ajenas a ellos que han obligado a modificar algo la forma acostumbrada. Estas condiciones son las siguientes:
a) Relación de los Talleres con el resto de los edificios de esta Fundación, o sea con la composición del conjunto en la cual se han tenido en cuenta el desarrollo de la vida de los alumnos a lo largo de cada día, de acuerdo con las normas Salesianas, los vientos dominantes, para que se alejen ruidos, olores y humos del núcleo de edificios residenciales, el acceso a los mismos desde los edificios principales y desde los campos de deportes, la entrada de camiones que han de suministrar los materiales, y las posibles ampliaciones de cada parte del edificio.
b) La forma del terreno, que es una ladera que desciende hacia el Norte, y que aconseja el empleo de dos niveles de acceso de camiones, lo que facilita mucho, a poco coste, la circulación de primeras materias y del personal. También es preciso tener en cuenta la composición geológica, pues el terreno se compone de una pequeña capa de tierra vegetal, de espesor variable, sobre roca caliza muy desigual, que en unos sitios está medio descompuesta, pero en otros es durísima, y que además presenta fallas y bolsas de arcilla. Es conveniente, por esta razón, modificar lo menos posible la forma natural del terreno, hacer los edificios de poca altura, en general, y disponer las estructuras de modo que se eviten en lo posible las cargas concentradas, haciendo el reparto de las mismas sobre cimentaciones extensas que las repartan sobre este subsuelo de desigual resistencia.”
Fondo Luis Moya Blanco, LMOYAB_D021_C005-03_090

Moya Blanco, Luis

Universidad Laboral de Gijón. Capilla

La construcción de la capilla de la Universidad Laboral de Gijón aprovecha la experiencia de la parroquia de San Agustín (unidad documental LMOYAB015b), realizada unos años antes. Moya utiliza la iglesia madrileña como modelo aunque dota a la asturiana de dimensiones mayores (ejes de la elipse de 40,80 y 25,20 m, frente a los 24,00 y 19,20 previos) para acoger al número de fieles que establecía el programa; así, entre la nave y la galería alta que la rodea, había bancos para, aproximadamente, 2.100 personas. Se altera también la relación entre los ejes de la elipse a favor del mayor, lo que no impide seguir percibiendo el espacio como único a pesar de introducir mayor tensión en el combinado de planta central y longitudinal; esto exige una mayor pericia en la resolución de los problemas estructurales y constructivos, ya que los veinte arcos de la bóveda que cubre el templo, cuentan con distinta luz y distinta deformación y muchos de sus arranques resultan muy oblicuos respecto al zuncho perimetral.
Moya explica que "lo hecho es una copia de aquellas basílicas, conservando todos sus elementos: Altar bajo baldaquino, Presbiterio, Arco triunfal, Ambones, Coro de Cantores, Nave amplia y Galerías superiores. La modificación hecha en esta disposición basilical primitiva consiste en que los muros de la Nave y sus Galerías se han curvado de modo que la forma rectangular de aquellas naves antiguas se ha transformado en una elipse", además, justifica que "la forma de la nave se deriva de la construcción y también de la necesidad de acercar su centro de gravedad hacia el altar, pues se consigue con esta forma mejor que con una nave rectangular, a no ser que ésta sea muy ancha, en cuyo caso quedan lugares de muy mala visualidad en los costados. Con esta forma, y con el manejo de superficies absorbentes y reflectoras de sonido en muros y bóvedas, se conseguirá una buena disposición, tanto para oír como para ver”, En lo que respecta a aspectos estructurales continúa "los empujes no pueden absorberse en una gran nave rectangular más que con contrafuertes de fábrica, que son costosísimos, o con tirantes visibles [...]. La única solución que aceptamos para absorber empujes con tirantes, que es lo económico, consiste en las formas circulares o elípticas, donde el tirante se convierte en un zuncho alojado en la misma curva que sirve de arranque de la bóveda, y por tanto, invisible". Es curiosa la referencia al plazo de ejecución “La construcción de la bóveda se hizo en dos meses, en el verano de 1954, con 12 oficiales de albañil como término medio, pues las vacaciones de verano hacían variar este número continuamente (Fondo Luis Moya Blanco)
Por lo que se refiere a su relación con el resto del conjunto de la Universidad Laboral, la capilla está situada en.un lugar destacado, al fondo de la plaza, entre el teatro, a la derecha, y la torre, a la izquierda
Su condición de "sagrario" en el interior de esta suerte de ciudadela, ahorra la fachada que era indispensable en San Agustín. La configuración de este patio recuerda a la del espacio clásico ideal de una pintura del renacimiento, en el que su cilindro elíptico, que se hace claramente evidente al entrar tangencialmente en la plaza, adquiere una gran importancia plástica animado por un vigoroso ritmo de hornacinas.

Moya Blanco, Luis

Iglesia parroquial de Torrelavega [o de la Virgen Grande]. Reconstrucción de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Consolación

Este templo se construye para sustituir a la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación destruida durante la guerra civil y se levanta parte en el solar de la antigua parroquia y parte en el de la Torre de los Garcilasos.
Moya enfoca el proyecto del siguiente modo: "El crecimiento extraordinario de Torrelavega en estos años obliga a componer una iglesia de la máxima capacidad posible dentro de los medios de que se dispone. Por tanto, se trata de conseguir una nave sin columnas de gran capacidad que pueda cubrirse a poco coste y con la dignidad que requiere este edificio. La experiencia aconseja una estructura semejante a las ya realizadas por el que suscribe en la Iglesia Parroquial de San Agustín en Madrid, en el Instituto Laboral de San José en Zamora, y en la Capilla de la Universidad Laboral de Gijón. En consecuencia, se ha trazado una elipse de 31,20 m x 22,80 m, cuya superficie es de 560 m2, intermedia entre las citadas (360 m2 la de Madrid y 800 m2 la de Gijón)" (LMOYAB_D014_C003-04_017).
El programa que desarrolla es el de nave de iglesia a la que se agregan una capilla mayor, otra para la Virgen Grande (patrona de Torrelavega), una nave lateral para confesionarios, un nártex sobre el que se dispone el coro y una sacristía; en la planta bajo rasante se ubica otra capilla y diversas dependencias parroquiales.
La iglesia se cubre con bóveda tabicada de rasilla cuyo trasdós, revestido de aislamiento y aluminio, queda visto al exterior. Su estructura principal está formada por veinte arcos de ladrillo macizo y un zuncho de hormigón armado que recoge los empujes generados.
El templo se adosa a la edificación contigua en uno de sus lados largos y cede su potente volumen en el otro, como imagen urbana, a la plaza de Baldomero Iglesias. El acceso principal se coloca en el eje mayor, dando fondo perspectivo a una estrecha calle, la calle Ave María, en el que se proyecta una fachada estandarte al modo de la de la iglesia de San Agustín, pero actualizada.
La iglesia de la Virgen Grande y San José Obrero de Torrelavega es la última obra religiosa con planta elíptica que realiza Moya que, por otra parte, utiliza en ella el resto de parámetros formales y constructivos habituales pero prescindiendo del lenguaje clásico.

Moya Blanco, Luis

Universidad Laboral de Gijón. Pabellón de enfermería

"... Al final de la década de los cuarenta cuando los trabajos de proyecto y de construcción del edificio están en marcha, la arquitectura española va abandonando decididamente su posición académica oficial y recuperando lo «moderno». Moya mantendrá su forma de pensar, al menos, hasta 1955, cuando la Universidad, después de ocho años de obra, se está acabando, y un año en el que, en todos los órdenes, se va confirmando con decisión el «deshielo» .
Tal vez tuvo entonces que comprobar el precio que había pagado por haberse unido con tal fidelidad al yugo del clasicismo: su marginación, su soledad, llegó hasta el punto de que sus compañeros contemporáneos no parecían haberle entendido nunca: no comprendían, siquiera, las diversas lecciones disciplinares que convivían bajo aquel yugo estilístico. Y así, si antes se había llegado a hacer de él casi un mito, fue olvidado mientras decidía -imagino que no sin cierto trauma- romper tan empeñada fidelidad.
La citada Sesión de Crítica [Revista Nacional de Arquitectura, 168, diciembre 1955] nos ofrece el testimonio de la época en que se han cumplido los temores de Moya, y cuando ya la Laboral, por su parte, se encarga de testificar su contrario empeño. En aquella Sesión sus compañeros, los que podríamos haber creído partícipes de sus ideas, abominan de ellas y de su obra -que ni siquiera les gusta- y, arrepentidos ya de sus propias veleidades monumentalistas, se extrañan y escandalizan ante un hombre que, en el año que corre, es aún tan antiguo. Desencantado, algo agresivo al comprender que por todos ha sido condenado, fiel, sin embargo, a sí mismo y a lo que cree cierto, cierra la Sesión con unas palabras que explican bien tanto el sentido de su obra como la firmeza de un pensamiento no demasiado dispuesto a tener que acomodarse a las distintas coyunturas:
«Os hemos presentado un edificio que, como es norma en estas sesiones, habéis criticado. Os agradezco mucho todas estas ideas. Creo, sin embargo, que estáis alucinados por esas modas que tan pronto pasan en nuestro tiempo, y más en nuestro país, donde dependen de la publicidad de las revistas extranjeras que recibimos, más que de necesidades internas sean materiales o espirituales. Los problemas que se han planteado han sido difíciles y complejos. Se ha tratado de resolver con nuestros medios reales, tanto técnicos como económicos, o sea utilizando principalmente los materiales locales o los de las comarcas próximas y la habilidad de nuestros obreros en los oficios que mejor trabajan; por ejemplo, en las canterías y en las bóvedas tabicadas. Gracias a esto se pudieron salvar momentos difíciles de escasez de hierro y cemento. [...] Es necesario, finalmente, contestar a la cuestión que todo el tiempo estaba latente en esta Sesión. ¿Es conveniente tanto aparato arquitectónico en un centro de enseñanza para obreros? [...] parece muy justo que se haya querido un edificio concebido en la más noble arquitectura que se pudo hacer, la que corresponde al hombre héroe del humanismo clásico y cristiano, en vez de la arquitectura del hombre-masa de nuestro mecanicismo, porque -como escribió el periodista de Gijón, Ignacio Taibo- edificios bajos de techo, tristes y baratos, ya tienen los obreros bastantes»”
CAPITEL, Antón. La arquitectura de Luis Moya Blanco. Madrid: Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, 1982, pp. 152-153.

Moya Blanco, Luis

Instituto de B.U.P./F.P. de 960 P.E. "Amilcar Barca". Colegio "Drago"

"Se concibe el edificio con su gran fachada blanca sobre el mar, en continuidad con las largas y grandes blancas tapias del antiguo cementerio «marino» de Cádiz.
Se trabaja sobre el volumen completo que recompone el tejido de la ciudad sobre los límites de sus calles.
Se ordena el espacio general de base irregular trapezoidal con el eficaz mecanismo de un patio regular cuadrado a cuyo alrededor gira su circulación. Se acentúa su cuadratura con cuatro palmeras sobre el suelo de piedra.
En la parte del edificio que da al mar, al oeste, se sitúan sus espacios más públicos, en los que se interviene con mayor intensidad. Un hueco de orden doble, profundo, muestra a la ciudad el carácter público del edificio y recoge los espacios de biblioteca y cafetería. Su oscura profundidad es tensada por la luz sólida del sol recogida desde el lucernario circular alto.
El espacio que preside jerárquicamente el edificio es el vestíbulo principal de triple altura donde convergen todas las circulaciones. Su verticalidad es tensada por la luz diagonal de sus altos lucernarios, y puesta en continuidad por medio del hueco-ojo hacia el mar cuya base, en un plano intermedio, la hace posible. Un espacio vertical tensado por la luz diagonal." https://www.campobaeza.com/es/drago-public-school/

Campo Baeza, Alberto

Vivienda unifamiliar (Casa Pino)

"Es una casa pequeña donde se articulan los espacios de tal modo que parece grande.
El reducido solar de 12x8 m exige separarse de la calle 4 m por delante y 4 m por detrás, pudiéndose edificar una banda de 4x8 m. Se excava un sótano en todo el solar y se levantan tres plantas sobre rasante, la baja y las dos altas de dormitorios. Con la perforación del suelo de la planta baja y el acristalamiento del techo del patio de atrás se crea un espacio diagonal abierto al sur por el que el sol entra hasta el fondo. Una vez más un espacio diagonal tensado por la luz diagonal. Esta vez con la precisión de un mecanismo de relojería." https://www.campobaeza.com/es/pino-house/

Campo Baeza, Alberto

Museo Elsa Peretti

"Como final de una larga operación de recuperación de un conjunto de edificios históricos del pueblo se crean unas piezas que van a constituir la imagen de la Fundación de la célebre diseñadora de Tiffanys, Elsa Peretti.
Básicamente se trata de tres piezas en las que se opera con tres temas diferentes de luz. Una sala muy vertical con pequeñas perforaciones en su techo que arrojarán una lluvia de luz sólida, al modo del Baño de La Alhambra. Una sala larga y alta, con una operación de luz diagonal. Y una azotea tapiada y con árboles fragantes como en un pequeño jardín secreto.
Las tres estancias conectadas convenientemente entre sí forman este museo para Elsa Peretti cual si de una casa para Danae se tratara. Con una gran economía de medios y con el regalo de una preciosa luz.” https://www.campobaeza.com/es/elsa-peretti-foundation/

Campo Baeza, Alberto

Vivienda unifamiliar (Casa García Marcos)

Una vivienda unifamiliar en una urbanización convencional en las afueras de Valdemoro, Madrid. La parcela es de 15x21 m, en esquina y con dos fachadas a la calle.
Se cerca el solar con tapias, como una caja abierta hacia el cielo. En el centro, cumpliendo con los retranqueos establecidos, se coloca un prisma blanco rectangular de base 8x14 m.
Se ordena esta caja con un espacio central convergente de doble altura que es atravesado diagonalmente por la Luz. Luz vertical a través de un lucernario en el techo que va de lado a lado. Luz horizontal abajo a través del gran ventanal que, también, va de lado a lado.
De este modo, una pequeña y sencilla casa cerrada, a través de la Luz y la Proporción, se convierte en una casa grande y abierta donde, con casi nada, todo es posible. «Une boîte à miracles»." https://www.campobaeza.com/es/garcia-marcos-house/

Campo Baeza, Alberto

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